El pintor fue bosquejando sus pinceladas
Mejoró los contornos con sus espátulas.
Insistió que la noche quede dormida
Y en cristal sangró brillos de luna herida.
Delineó contra un océano de índigo tono
Bajeles y gaviotas en sal y cromos.
Me confirió su amor que se adormecía
Aguardando entre pátinas que empiece el día.
Al tapiz le dio forma: entre colores
Fue esbozando el martirio de sus lesiones.
Desde el paño yo observo sus rebeldías
Entre celos que asfixian mi geografía.
No veremos la tarde y sus bermellones,
Sangraremos la savia de sus pasiones.
Soy un plano de arena que su amor calla,
Y ella solloza penas sobre mi playa.
Llorarán las pupilas de quien admire;
Sobre pálido lienzo el cruel engaño.
Dura celda de esmaltes durante años
Inspirando los sueños de quien nos mire.
Sobre la margen firma entre los barnices
Rubricando rencores y cicatrices;
Nos hundirá muy pronto como veleras
Que fragmentan las aguas y sus mareas.
Los pájaros y las barcas se alejarán
Y en oscura inclemencia se embarcarán
Los amantes condenados a navegar
En minúsculo piélago de oleaje y sal.
Su amada y yo celebraremos dentro del cuarto.
Nuestra trampa se enreda entre las cadenas
Del doliente pintor que nos da condena
A ser simplemente un cuadro clavado a un marco.
Los celos entre copas rompen su sed
E incrusta mil cristales en la pared.
Oscar Sandoval Martínez